Lugar de grandes riquezas forestales y cafetaleras, el camino serpentea entre frondosos valles cruzados por los rÃos MayarÃ, Nipe y Guaninicum que aportan el agua necesaria para mantener el verdor del paisaje todo el año.
La Sierra de Nipe se inserta en el grupo montañoso del norte de Oriente, un reservorio de la más rica flora del Caribe, admirada y estudiada por botánicos extranjeros y cubanos desde mediados del siglo XIX.
El microclima existente, unido a las caracterÃsticas minerales del suelo, ha permitido desarrollar estas especies botánicas que hoy son admiradas por los turistas en los distintos senderos ecológicos que atraviesan la región. Ellos posibilitan contemplar paisajes imponentes como el Salto del Guayabo y parajes idÃlicos, apenas hollados por el hombre.